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VI.  EL YIGÜIRRO

 

 

EL YIGÜIRRO es una de las aves costarricenses más conocidas.  Le agrada vivir en jardines, parques, cafetales, potreros sombreados, y alegra con su canto ricamente variado (Alexander F. Skutch, Aves de Costa Rica (San José: Editorial Costa Rica, 1977), p. 94.); pero también es muy visible alrededor de edificios y casas.  Ha sido escogido como ave nacional precisamente por su melodioso canto.

 

El yigüirro al posarse después de volar, acostumbra mover su cola verticalmente mientras que extiende y cierra rápidamente sus plumas laterales, un movimiento doble que llama la atención si se le observa de lado.  Es un ave solitaria; aún cuando varios ejemplares visitan un mismo árbol con frutas, van y vienen independientemente.  Existen dos variedades de yigüirros: el mirlo pardo o tordo (Turdus grayi, Clay-colored Robin) y el mirlo montañero o yigüirro de montaña (Turdus plebejus, Mountain Thrush, Mountain Robin).

 

El ámbito del yigüirro se extiende desde el centro de México al norte de Colombia.  En Costa Rica se halla desde las dos costas hasta 2.400 metros en la Cordillera Central.  Se le encuentra en jardines, parques, y a lo largo de las orillas de sabanas y bordes de los ríos en áreas boscosas.  También habita en la bajura y elevaciones medias en hábitats adecuados, pero es más abundante en el Valle Central y en Guanacaste.  Su tamaño es de 23 a 25 centímetros (Robert S. Ridgel y John A. Gwynne. Guía de las aves de Panamá. Incluyendo Costa Rica, Nicaragua y Honduras (Panamá: Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza, Ancon, 1993), p. 396.).  El color de su plumaje es exactamente igual en ambos sexos (café grisáceo en la parte superior y más claro en la inferior); no obstante, los jóvenes tienen manchas negras en el pecho y plumas manchadas de beige en el pecho y en las cobertoras de las alas.  Estas manchitas persisten aún hasta la primera muda postnupcial, que ocurre entre julio y agosto del año siguiente.  En los adultos el color del ojo es rojo ladrillo y café en los jóvenes.  Su pico es amarillo verdoso u oliva (Ibídem., p. 396.).  El peso de los machos adultos es variable, de 65 a 86 gramos, aproximadamente.

 

Todas las especies de Turdus son omnívoras, consumen invertebrados que recogen del suelo a una profundidad de unos tres centímetros; pero también dependen de una dieta de frutas principalmente en período de anidación.  El forrajeo en el suelo es una combinación de saltos y carreras seguida de pausas mientras examina el suelo a su alrededor; picotea los túneles de lombrices para escarbar extensamente con el pico.  Rara vez cazan moscas y en algunas ocasiones, principalmente durante la época de cría, enjambres de hormigas y termitas.

 

El canto de los yigüirros es un gorjeo silbado, claro y melodioso, aunque existe mucha variación individual en sus cantos; y a menudo comienzan el día emitiendo sólo una lánguida nota.  En realidad estas aves cantan para establecer o marcar su territorio, en donde realizan sus actividades reproductoras.  Sólo el macho canta, la hembra que incuba los huevos a veces emite una nota baja.

 

Aunque conspicuo, el comienzo de la anidación es muy variable.  Los machos inician su canto en coro al amanecer durante dos semanas antes del comienzo de la puesta de los huevos.  No obstante, estos coros se mantienen durante toda la época de cría, que comprende de dos a cuatro meses.  En el Valle Central de Costa Rica los yigüirros empiezan a cantar en marzo y ponen los huevos en abril o mayo, aproximadamente en el período que se inician las lluvias y las lombrices e insectos son abundantes para cuando empluman los pichones.  De aquí proviene por tanto, el decir campesino de que durante esta época de canto intenso, al final de la época seca, estas aves están "pidiendo el agua".  En algunas áreas la disponibilidad de frutas puede determinar la anidación, no así la crianza, pues los jóvenes son alimentados con invertebrados.

 

Respecto al nido, en su parte externa es una copa de musgo y gramíneas (relativo a una familia de plantas monocotiledóneas con espigas de flores poco vistosas, frutos harinosos reducidos a simples granos y tallo herbáceo, como los cereales), generalmente incluye epifitas, es decir, plantas fijadas sobre otras sin ser parásitas.  En su interior está tapizado de raicillas gruesas, ejes de espina secos, pequeñas hojitas y otras fibras.  Sus nidos son colocados tanto en horquetas de grandes ramas, en hojas de palmeras, y en marcos de las ventanas y otras partes de las habitaciones y construcciones humanas.  Así como construye su nido en una gran variedad de sitios, así también los coloca en un amplio ámbito vertical, tan bajo como a un metro del suelo o tan alto como a treinta metros de altura.  La nidada consta de dos o tres huevos, incluso de seis a ocho; moteados de pardo claro y marrón sobre un fondo azul verdoso.  Los pichones nacen después de los trece días contados desde el inicio de la incubación y empluman tres días después; los primeros cuatro días son alimentados con invertebrados y luego con una combinación de frutas e insectos hasta que puedan volar y el cuido de sus padres disminuye en forma rápida, pues se independizan en aproximadamente dos semanas (Daniel H. Janzen, Historia natural de Costa Rica (San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1991), pp. 621-622.).

 

El yigüirro o mirlo montañero es un ave menos conocida que el yigüirro o mirlo.  Es muy abundante en las alturas, vive tanto en los bosques de robles gigantes u otros árboles cargados con plantas epifitas, como en potreros donde existan algunos árboles que den sombras.  En ese hábitat su alimentación es de muchas frutas y semillas, así como de pequeñas plantas, pero también se alimentan de insectos y arañas que buscan entre el zacate de los repastos.  Su tamaño es de veinticinco centímetros aproximadamente; tiene un color pardo oliva mate oscuro por encima; gris parduzco mate oscuro por debajo, con inconspicuas rayas finas en la garganta y su pico es de color negruzco (Robert S. Ridgel y John A. Gwyne, Op. Cit., pp. 395-396.).

 

El canto del macho empieza a escucharse en abril y mayo, pero es muy inferior al del mirlo tordo; es más rápido, repetitivo y monótono, con pocos cambios de tono (Ibídem., pp. 395-396.).  Es muy difícil verlo cantar porque se esconde entre las ramas altas tapadas con musgos y helechos, a la luz del alba o en la tarde cuando las nubes envuelven las alturas.  Igualmente construye su nido en sitios escondidos, en las masas de plantas epifitas de los árboles grandes, por lo que casi nunca se encuentra.  Esta especie se extiende desde el sur de México al oeste de Panamá.  En Costa Rica vive entre 1.100 y 2.300 metros de altura sobre el nivel del mar (Alexander F. Skutch, Op. Cit., p. 95.).

 

La protección legal del yigüirro tiene sus antecedentes desde inicios del siglo XX, cuando el suizo Pablo Biolley (llegado a Costa Rica en la penúltima década del siglo XX) realizó estudios sobre la flora y la fauna y, dentro de ellos proporciona planteamientos relacionados con la protección legal de las aves, entre éstas al yigüirro.  Posteriormente, para el siglo XX el campesino conservacionista Isaías Retana Fallas, quien sentía profunda preocupación por la destrucción de las aves, siendo el yigüirro una de las que más amaba, tuvo la iniciativa de que esta ave canora fuese declarada ave nacional.  No obstante, el proponente de esta idea fue Eliseo Gamboa Villalobos (lamentablemente, no pudo ver su sueño hecho realidad, ya que falleció unos meses antes), cuyos argumentos sin duda contribuyeron a que fuera realidad la Ley N° 6031 del 3 de enero de 1977 que declara al "humilde yigüirro" ave nacional, con lo cual se satisfizo no solo su deseo sino también el de Isaías Retana.

 

Información tomada de:

Ana Patricia Pacheco Ureña

COSTA RICA: sus Símbolos Nacionales

Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural

Ministerio de Cultura y Juventud