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III.  EL HIMNO NACIONAL

 

 

CONSIDERADOS DESDE un punto de vista romántico, podría decirse

 

"... que los himnos nacionales brotan espontáneamente de la raíz del alma, para manifestarse en alabanzas patrióticas. Sin embargo, la creación de los actuales himnos nacionales de Centro América se efectuó en las últimas décadas del siglo XIX o a inicios del siglo XX, bastantes años después de creadas las repúblicas centroamericanas"  (María Clara Vargas, "Los himnos nacionales centroamericanos como apoyo al proceso de formación de nación", Herencia 1-2 (10-11): 88, 1998-1999.).

 

La necesidad de un cántico nacional surgió en las naciones centroamericanas mucho tiempo después de disuelta la Federación de la Provincias Unidas.  Los países en donde más tempranamente se crean los himnos nacionales son El Salvador, Guatemala y Costa Rica; aún así, en nuestro caso se inició un proceso de cambios de letras, lo cual muestra que aún no habían sido sacralizadas para considerarlas como himnos nacionales; las letras se adaptaban según la coyuntura.  Las peticiones para cambiarlas tuvieron participación de los intelectuales y de la prensa escrita.  Indudablemente,

 

"... los cantos patrióticos centroamericanos reflejan la ideología liberal imperante, con su constante mención de progreso, democracia y libertad. Estos cumplen, así, un papel importante en la construcción de la Nación, puesto que logran reunir miles de personas, entonando con fervor palabras patrióticas y repetidas en múltiples ceremonias, lo que les da una sensación de pertenencia a una comunidad"  (Ibidem., p. 95.).

 

A pesar de que los países de Centroamérica ya contaban con un himno desde mediados del siglo XIX, éste adquiere su verdadero carácter de himno nacional cuando se llega a la invención de las ceremonias públicas oficiales.  En su difusión el caso costarricense fue excepcional cuando, después de la Reforma Educativa de 1888, la materia canto es incorporada a los programas de estudio de los centros de enseñanza primaria y secundaria.  No así, con su difusión por medio de la prensa, porque cuando el himno fue entonado por primera vez el 11 de junio de 1852 la prensa no menciona el hecho, tampoco para las fiestas patrióticas, ni en las retretas, bailes, ni en acontecimientos importantes.  Tal actitud indica que todavía el himno no había adquirido su carácter de símbolo nacional y tal situación se prolongaría hasta 1887.

 

La tercera letra del himno había sido escrita por el español Juan Fernández Ferraz y la música debió de sufrir algunas alteraciones por parte del maestro español José Campabadal, para poder adaptarse a la letra.  En 1888 Mauro Fernández firmó el acuerdo N° 151 del 12 de julio mediante el cual el libro Cantos Escolares se declaró como texto en escuelas y colegios, se argumentaba que era de interés nacional su publicación, ya que el himno nacional había sido incluido, porque debía de aprenderse en las escuelas nacionales; lo cual evidencia que el himno era poco utilizado.  En la década de 1890-1899, su mención es más frecuente en las crónicas periodísticas y era más utilizado en las ceremonias; cuando se inauguró el monumento al Benemérito de la Patria Jesús Jiménez, fue la última vez que se entonó con la letra de Fernández Ferraz.  Aún cuando se usaba más a menudo, en 1903 un colaborador del diario El Noticiero sugirió un cambio de letra, alegando que la de Fernández Ferraz no se adaptaba a la forma de ser del costarricense, pues resultaba muy intelectual y difícil de memorizar, carecía de alma, sin lograr encender el fuego sacro del entusiasmo (Ibídem., pp. 93-94.).

 

El 20 de junio de 1903 el Presidente Ascensión Esquivel firmó un decreto que proponía el concurso para una nueva letra del himno nacional.  El 20 de julio de ese mismo año, El Noticiero publicaba las bases del concurso, así como la apertura de una suscripción para recaudar fondos para premiar al autor de la mejor letra.  Días después, el 30 de agosto dedicó un largo editorial a elogiar la letra premiada, escrita por José María Zeledón Brenes.  El 15 de setiembre de 1903, un coro de más de dos mil niños entonó por primera vez la nueva letra del himno nacional.

 

A pesar de que había tenido muy buena aceptación, la declaratoria oficial de la nueva letra tuvo muchas dificultades y no fue sino cuarenta y seis años después que se decretó como tal.

 

El himno nacional es un canto patriótico que exalta todo sentimiento cívico, dentro y fuera del terruño; no existe otro canto que conmueva tan hondo las fibras más íntimas del costarricense.  Dos hombres que, con sinceridad y empeño lograron poner lo mejor de sus energías y de su corazón a favor del ideal que encarna la Patria en este canto, fueron los señores Gutiérrez y Zeledón.  Al respecto, Carlos Meléndez Chaverri expresó:

 

"Don Manuel María Gutiérrez y don José María Zeledón, separados uno del otro por la distancia que establecen los años, dejaron señalado en nuestro medio costarricense, el distintivo que singulariza a un pueblo.  Por eso así, aun mudo, se hizo oír en los momentos decisivos de nuestra historia: está bautizado con la sangre de nuestros abuelos que participaron en la epopéyica lucha contra el filibusterismo, que fue gesta de héroes y brote del sentimiento de nacionalismo que no llegó a ser extremo.  Con Gutiérrez comienza nuestra evolución musical, que como lógico hecho aparece a nuestra vista a veces con caracteres poco definidos.  Pero en gran parte ello se debe a la natural acción del tiempo, que va borrando los coloridos originales de la labor de los primeros hombres, conforme el país avanza y se acerca cada vez más a la cúspide de sus supremos ideales.  Billo Zeledón, polifacético hombre, lo mismo cogía la pluma para escribir el más delicado verso dedicado a los niños, que a elogiar los más altos ideales, o inclusive a azotar, con dureza y determinación sin iguales, a aquellos seudo-patriotas que intentaban corromper la más sagrada de nuestras instituciones.  En esta forma, figuran asociadas, las dos personas a quienes debemos uno de los símbolos de la nacionalidad costarricense"  (Carlos Meléndez Chaverri, comp., Cincuentenario de la letra del Himno Nacional de Costa Rica (15 de setiembre 1903: 1953) (San José: Ministerio de Educación Pública: Museo Nacional de Costa Rica, 1953), pp. 5-6.).

 

Información tomada de:

Ana Patricia Pacheco Ureña

COSTA RICA: sus Símbolos Nacionales

Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural

Ministerio de Cultura y Juventud