Consultas Inmuebles declarados patrimonio

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Certamen

"Salvemos Nuestro Patrimonio Histórico Arquitectónico"

2009

 

Propuesta de Restauración:

Templo Católico Nuestra Señora María Auxiliadora.

 

 

PROPUESTA

Proyecto de Restauración

Capilla María Auxiliadora

C E R T A M E N

"Salvemos Nuestro Patrimonio Histórico Arquitectónico"

2009

 

Contenido

 

Portada

1

Contenido

2

Proponente

3

Perfil del Proyecto

 

1. JUSTIFICACIÓN

4

2. OBJETIVOS DEL PROYECTO

6

3. ETAPAS

7

Templo de María Auxiliadora: Su Estructura, Arquitectura y su Valor Artístico e Histórico

Presentación, Ubicación y Pertenencia

11

El Hospicio de Huérfanos de Cartago y el Templo de María Auxiliadora

12

Terremoto Santa Mónica, el 4 de mayo de 1910                                                                                               15

15

Arquitectura de la capilla

17

Visita a la iglesia María Auxiliadora

22

El terreno del templo de María Auxiliadora

30

Epilogo

34

Fotografías Actuales (referencia)

35

Planos Aportados (referencia)

37

Propuesta de Restauración

39

Anexos

51

Contactos

52

 

Proponente

 

1. NOMBRE DEL PROPONENTE

 

Asociación Pro Restauración y Proyectos de de Parroquia de María Auxiliadora de Cartago.

 

2. NÚMERO DE CÉDULA JURÍDICA

 

3-002-535855

 

3. DIRECCIÓN EXACTA.

 

Distrito: Occidental

 

 

Cantón: Central

 

 

Provincia: Cartago

 

 

Entre las avenidas 2 y 3 y las calles 13 y 15 en el Barrio El Molino

 

4. NÚMERO TELEFÓNICO.

 

Tel: 2551- 3468 // 2551- 9078

 

5. PROPUESTA.

 

Proyecto de restauración de la capilla de María Auxiliadora de Cartago.

 

Perfil del Proyecto

1. JUSTIFICACIÓN

 

Como sociedad consciente de preservar y salvaguardar nuestro legado arquitectónico y más aun conocer nuestras raíces y todos aquellos elementos que sustenten nuestra identidad es nuestro deber actual abanderar esta campaña de preservación e identificación de nuestros inmuebles máxime cuando ya han sido declarados patrimonio arquitectónico, pues el reto está lanzado a la sociedad para que cumpla su cuota de responsabilidad.

 

Y es que un inmueble como la capilla de María Auxiliadora que ya ostenta la declaración de patrimonio nacional y en aras de mantener intacto esta herencia de arquitectura neogótica no solo por su estilo sino también por su significado dentro de la cultura cartaginesa, ya que marco el inicio de una institución académica de mucho arraigo en Cartago.

 

No podemos quedarnos inertes ante el paso del tiempo y menos permitir lo que sucedió con los alerones laterales que tenían un estilo similar a la fachada principal después del terremoto de 1910 y detrás de los cuales se encontraban los talleres del Colegio COVAO, los cuales fueron arrasados sin explicación.

 

Desde el momento que se declara a la capilla de María Auxiliadora patrimonio corresponde a los ciudadanos, vecinos y profesionales del campo velar por su estado y preservación aun cuando la terea no es fácil y está llena obstáculos.

 

Considerando que esta va a cumplir casi un siglo desde que se reconstruyo después del terremoto de 1910 y considerando que la misma se ha visto afectada a través del tiempo por su uso, por las alteraciones realizadas sin ninguna dirección profesional y porque hasta ahora no se le han hecho intervenciones importantes desde el punto de vista técnico persistiendo todavía alteraciones que no responden a su fiel estilo, más aun el deterioro producido por las filtraciones de humedad producto de las lluvias por desprendimientos de forros y en general porque no se le realizado un diagnostico serio que refleje el verdadero estado de su estructura y acabados interiores y exteriores, solo hay que caminar por los pasillos laterales para darse cuenta del estado de algunos elementos estructurales, en fin esta estructura de madera en única en su estilo y es sorprendente el comportamiento que ha tenido pero no sabemos cuánto tiempo le queda de vida útil a algunos elementos por lo que es imperativo proceder a realizar una intervención para entender su estructura y garantizar su funcionamiento por muchos años más y consolidar este patrimonio de Costa Rica y en particular de los cartagos.

 

 

2. OBJETIVOS DEL PROYECTO

 

 

1.         Restaurar la capilla de la Parroquia de María Auxiliadora de forma que se preserve la arquitectura de estilo neogótico.

 

2.         Detener el deterioro que el paso de los años, inclemencia del tiempo y la intensidad de uso han causado a la infraestructura y a la estructura.

 

3.         Realzar el valor histórico, espiritual y comunitario que representa para la provincia.

 

 

3. ETAPAS

 

Dada su particular característica de estructura de madera, las etapas de intervención deberán enfocarse en el siguiente orden lógico-constructivo sin que ello sea obligante por alguna razón no entendida ni localizada en este proceso, lo más seguro será aquellas que resulten prioritarias desde el punto de vista de seguridad y presupuesto disponible para poder concretarlas al cien por ciento, pero en la medida que sea posible avanzar en algunas actividades paralelamente para atacar y detener el deterioro se hará a la luz siempre de los más leales principios orden, seguridad y calidad de las mismas.

 

Así entonces tendríamos;

 

01

Reestructuración de la torre principal y las torretas.

 

02

Reparación y sustitución de forros que envuelven la torre principal y las torretas.

 

03

Restitución de elementos ornamentales y molduras sobre torre principal y torretas.

 

04

Colocación de tubería conduit y cableado eléctrico sobre lucernario, coro y altar.

 

05

Reparación y sustitución de maderas en estructura de techos, lucernario y altar.

 

06

Sustitución de cumbreras y cubierta en lucernario.

 

07

Sustitución de canoas y bajantes en H. G. # 24. En lucernario.

 

08

Reparación y sustitución de maderas en estructura de techos en naves secundaria laterales.

 

09

Sustitución de botaguas y cubierta en naves secundarias laterales.

 

10

Colocación de tubería conduit y cableado eléctrico sobre naves secundarias laterales.

 

11

Reparación y sustitución de columnas y vigas de amarre en pasillos laterales.

 

12

Colocación de tubería conduit y cableado eléctrico entre cielo raso de pasillos laterales.

 

13

Colocación de cielo raso en pasillos laterales.

 

14

Sustitución de botaguas y cubierta en pasillos laterales.

 

15

Sustitución de canoas y bajantes en H. G. # 24. En pasillos laterales.

16

Reparación y sustitución de forros de H.G. troquelados al exterior del lucernario.

17

Repellos exteriores en laterales de entrada principal.

18

Previo análisis estructural se reestructuraría los paramentos laterales a la luz de las técnicas modernas aceptables para su estilo.

19

Restitución de repellos en paramentos laterales.

20

Reparación de repellos internos en sacristía usando elementos propios y la técnica propia de su tiempo.

21

Reparación de estructura de techos de la sacristía.

22

Reparación de cubierta de techos de la sacristía.

23

Colocación de instalación eléctrica y accesorios en sacristía.

24

Colocación de cielo raso en sacristía.

25

Reparación y sustitución de guarniciones en ventanas y puertas.

26

Reparación de ventanas y molduras en marcos del lucernario.

27

Reparación de ventanas y molduras en marcos de naves laterales.

28

Reparación de puertas y molduras en marcos.

29

Reparar entrepiso del coro.

30

Reparar baranda del coro.

31

Reparación y sustitución de cielos rasos interiores y molduras.

32

Reparación y sustitución de forros interiores y molduras del coro.

33

 

34

Reparación y reposición de fustes de columnas en arco de medio punto laterales.

35

Reparación de rosetón y ventanas en fachada principal.

36

Reparación y restitución de ventanas en torre principal.

37

Eliminación de sócalo de bloques en laterales de pasillos y enrejado metálico.

38

Reparación de pisos en concreto lujado pasillos laterales.

39

Pintura interior una vez realizadas todas las correcciones antes enunciadas y que por lógica deban preceder a esta actividad.

40

Pintura exterior una vez realizadas todas las correcciones antes enunciadas y que por lógica deban preceder a esta actividad.

41

Restaurar el mural al fondo del altar mayor.

42

Restaurar el altar principal en mármol.

43

Colocar iluminación interior.

44

Colocar iluminación exterior.

45

Remodelar su contexto inmediato en los laterales acorde con los flujos de circulación peatonal.

46

Pintura de techos.

 

Esta enumeración de actividades no limita ni cierra todas las posibilidades a realizar en esta restauración por lo que no debe considerarse como un absoluto por el contrario es solo una guía para dar inicio a un proyecto muy ambicioso y particularmente muy interesante de rescate y preservación.

 

Templo de María Auxiliadora

Su Estructura, Arquitectura y su Valor Artístico e Histórico

 

Presentación, Ubicación y Pertenencia

 

En un área de 1.459,80 metros cuadrados, el templo de María Auxiliadora está situado a medianía de cuadra, entre las avenidas 2a y 3a y las calles 13 y 15 en el barrio El Molino, Distrito Segundo Occidental del Cantón Primero, provincia de Cartago. Es el templo parroquial, circundado por el complejo cívico-cultural Plaza de la Independencia.

 

De marzo de 1888 a marzo de 1988 fue parte del edificio del Hospicio de Huérfanos de Cartago. Este a lo largo del siglo recibió los nombres: Hospicio de Huérfanos de Cartago, Escuelas Profesionales de Artes y Oficios Salesianas, Colegio Vocacional de Artes y Oficios (COVAO) y Sede de la Asociación Deportiva del Club Deportivo Cartaginés.

 

El templo parroquial pertenece a las temporalidades de la Arquidiócesis de San José desde el 23 de agosto de 1996, fecha en que le fue donado por la Municipalidad del Cantón Central de Cartago.

 

Mediante decreto de la Presidencia de la República el 27 de noviembre de 1998 fue declarado e incorporado al Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica. Decreto publicado en la Gaceta el 9 de febrero de 1999.

 

Es un punto de referencia para la localización de residencias, centros comerciales y puntos importantes de la ciudad.

 

El Hospicio de Huérfanos de Cartago y el Templo de María Auxiliadora

 

En Costa Rica la pobreza es un mal heredado desde la Colonia. La sociedad de XIX afectada económicamente por la baja de los precios del café en el ámbito internacional, el elevado gasto público durante el largo periodo de don Tomás Guardia, la prioridad y alta erogación en la construcción del ferrocarril al Atlántico y la carrera armamentista ante el peligro de guerra ante el resto de Centroamérica, y la peste del Cólera de mediados de siglo acentuaron el problema de abandono y pobreza. La orfandad toma niveles inusitados.

 

En Cartago, la Municipalidad, la Iglesia y personas adineradas preocupadas por la niñez desamparada, hacen el planteamiento de la fundación de un hospicio para los huérfanos.

 

Por iniciativa del Pbro. Joaquín Alvarado Ruíz y su hermana Joaquina se funda en Cartago, como consta en la Escritura del 3 de abril de 1880 un orfanato con el nombre de Hospicio de Huérfanos de la Ciudad de Cartago. Para el sostenimiento de la obra, los hermanos Alvarado traspasan una finca de su propiedad a la Municipalidad de Cartago. La Municipalidad a su vez se compromete a empezar los trabajos del edificio y crea el fondo para el hospicio. Aunque los trabajos se iniciaron, fue causa de suspensión de los mismos la muerte de ambas personas. El P. Alvarado muere el 11 de mayo de 1890.

 

Al llegar el siglo XX, providencialmente aparece la señora Dolores Jiménez de Sancho, que heredera de la fortuna de su hija Eleuteria, hace donación de dicha fortuna en favor de la institución y sugiere que se una al patrimonio de los Alvarado Ruíz y que la institución se llame en adelante Hospicio de Huérfanos de Cartago, cuya administración sería por una Directiva que tenga intervención directa en el manejo y administración del Hospicio con igualdad de poderes que la Junta que gobierne la de parte de la familia Alvarado.

 

La señora Jiménez se hizo cargo de terminar el edificio que quedó en paredes a la muerte del padre Alvarado. Con el apoyo de don Francisco Jiménez Oreamuno los trabajos se hacen realidad y el 6 de enero de 1904 el Hospicio abre sus puertas a 15 niños, es bendecido el edificio y la capilla por el Padre Mayorga. Desde ese día quedó bajo la advocación de María Auxiliadora por deseo manifestado por Padre Alvarado, quien había comprado en 1884, una imagen de María Auxiliadora en España y retomado por doña Dolores que deseaba que el Hospicio estuviera bajo la protección de María Auxiliadora y que en un futuro fuera dirigido por la Congregación Salesiana.

 

El Hospicio de Huérfanos fue administrado por una Junta de Gobierno conformada por la Directiva de la institución nombrada por doña Dolores y tres miembros nombrados por la Municipalidad.

 

Un año después, el extenso capítulo de peticiones hechas a la congregación de los padres salesianos con el ofrecimiento de que vinieran a Costa Rica, llegó a un final feliz: la petición firmada por don Francisco Jiménez, presidente de la Junta de Gobierno del Hospicio de Huérfanos de Cartago, por el Pbro. Apolonio Gutiérrez, capellán del Hospicio y don Nicolás Jiménez, gobernador de Cartago, para que vinieran a hacerse cargo del Hospicio de Huérfanos prosperó. Vencidas muchas vicisitudes el Padre Misieri aceptó y en el año de 1906 vino a ver las instalaciones y a conversar sobre las condiciones de la fundación. Bien impresionado por la construcción que abarca una manzana, bien construido, con capacidad para trescientos jóvenes, salones amplio y ventilados para las clases, los dormitorios, comedor y estudio, ocupado el centro de la facha, una artística capilla a tres naves que, aunque no está terminad del todo, en el altar mayor estaba puesta una hermosa estatua de María Auxiliadora. Unos veinte niños eran atendidos en el Hospicio en ese año.

 

Regresó a El Salvador, no sin ciertos temores por la situación anticlerical reinante en Costa Rica, para volver meses después y tomar posesión del Hospicio de Huérfanos de Cartago el 1° de agosto de 1907, con la aprobación de Rector Mayor Don Miguel Rúa y el grupo de salesianos destinados a Cartago: P. Antonio Russo Superior; Clerigo Francisco Martelli y los Hermanos Cadjutores Esteban Tosini y Francisco Stanga. El P. Russo, además de la dirección interina del Hospicio tenía bajo su responsabilidad la Capellanía de la capilla.

 

El inicio de la obra fue humilde, estuvo bajo la dirección interina del padre don Antonio Russo, contó con pequeños talleres de sastrería, zapatería y carpintería. También se estableció una escuela rudimentaria de agricultura, atendida por el hermano Francisco Stanga.

 

El Padre Misieri, en su nueva visita al Hospicio en 1909 encuentra la capilla sin terminar y con el apoyo de don Francisco, él diseña las arcadas de la nave central, las cala y las coloca en su sitio con la ayuda de don Arturo Calderón, primer maestro de carpintería del Hospicio. El 8 de diciembre de ese año fue bendecida solemnemente por el Ilustrísimo Monseñor Stork. Faltaba el altar mayor, contratado a Génova por don Francisco Jiménez. El altar llegó a principios de 1910. El Día de San Francisco de Sales, ya estaba puesto en su lugar. Era una obra de arte, ya por la preciosidad de los mármoles como por la belleza artística. Fue bendecido por su Excelencia Monseñor Juan Cagliero, Delegado Apostólico en Centroamérica.

 

La obra está completa: capilla, talleres, aulas y patios. Un techo y pan cotidiano para los huérfanos.

 

 

Terremoto Santa Mónica, el 4 de mayo de 1910

 

Al caer la tarde del 4 de mayo de 1910, el temblor de tan solo tres segundos de duración, destruyó la ciudad de Cartago y el Hospicio de Huérfanos. La fachada de la iglesia parecía dividida en dos de arriba abajo; y la torre que lucía esbelta en el centro de la fachada yacía diseminada en medio de la calle. Las paredes de toda la iglesia, estaban volcadas en el suelo, arrancadas desde sus cimientos. El arco que dividía el presbiterio del cuerpo de la iglesia se vino al suelo. Algunas columnas, porciones del presbiterio y de la sacristía quedaron en pie, aunque muy deterioradas.

 

De las ciento treinta personas, aproximadamente, que estaban celebrando con toda solemnidad el mes de mayo, dedicado a María Auxiliadora, cinco personas del Hospicio perecieron bajo los escombros.

 

La Virgen, solo la Virgen quedó intacta en su nicho y a su alrededor fragmentos de mármol del altar.

 

Por el esfuerzo del Gobierno de la República, de don Francisco Jiménez y de los salesianos que no se dieron por vencidos y de los bienhechores se levantaron el Hospicio de Huérfanos y la capilla.

 

La institución se desarrolló con excelencia educativa, los alumnos tuvieron integrada la Banda que caracterizó a los institutos de Don Bosco y los deportes entre ellos la natación. El Hospicio evolucionó a las Escuelas Profesionales Salesianas, base del Colegio Vocacional de Artes y Oficios.

 

Los diversos convenios jurídicos y administrativos, firmados entre la comunidad religiosa y la junta administrativa del centro educativo hicieron que la permanencia de los religiosos fuera temporal y no en calidad de propietarios de las instalaciones. El último contrato realizado en septiembre de 1930, fue rescindido en 1952 bajo la dirección del padre Mario Morera. El 30 de noviembre de 1952, los salesianos salieron de Cartago y se trasladaron a San José, donde también tenían el Colegio Don Bosco. La Junta Administrativa, toma posesión de la institución.

 

Una nueva administración, una nueva organización es manifiesta. Urgía la separación entre la organización del centro educativo y la organización del templo, que pasó a la responsabilidad de las autoridades eclesiásticas, siempre como la capellanía de María Auxiliadora.

 

El templo y el centro de promoción de jóvenes, dedicado a la Virgen Auxiliadora, fueron el origen y el fundamento de un centro de vivencia religiosa, de expresión litúrgica y de compromiso pastoral, muy vinculado con los habitantes de los alrededores, hasta llegar a constituirse en el barrio María Auxiliadora. Sobre este centro de vida religiosa se levantó posteriormente la parroquia de María Auxiliadora.

 

 

Arquitectura de la capilla

 

La fachada y el interior inspirados en el estilo neogótico, son más elementos decorativos que corriente arquitectónica regional: arcos ojivales, pináculos y parapetos almenados, son simplemente elementos agregados, inspirados en una visión sentimental de las grandes catedrales europeas y en el trabajo artesanal.

 

Las hipótesis de que la capilla de María Auxiliadora fue reconstruida después del terremoto de 1910, que en los planos se siguieron trazos ampliados en las secciones de las tres naves, y que son similares a los de la distribución de la antigua capilla, pueden considerarse válidas: de la antigua capilla se conservan hasta hoy la distribución de las naves, elementos con tracería y detalles decorativos.

 

Elementos de la construcción actual.

 

La edificación de la capilla de María Auxiliadora se halla engranada en el entorno político del Estado Liberal. En esta época el Estado favoreció en el país la arquitectura metálica. La capilla de María Auxiliadora, reconstruida después del terremoto de 1910, aunque carece de la estructura interna en metal se embelleció con la cubierta de forro de hierro galvanizado.

 

La construcción se inicia con un zócalo de concreto que define el perímetro del templo, exteriormente recubierto de una mezcla de cal, arena y cemento.

 

La fachada principal, orientada hacia el norte geográfico, presenta el zócalo de más de 2 m. de altura y sobre él las cerchas en madera que dan forma a la estructura de la cubierta en lámina metálica lisa. Se compone la fachada de una puerta bajo el arco de ojiva, abre dos hojas ornadas con listones de calados circulares con diseño cruciforme y una imitación de rosetón en la parte superior; sobre ella otro más amplio, ambos con adornos calados y vidrio multicolor; da paso a la nave central. No tiene los rosetones ni los vitrales de las iglesias góticas. A los lados de la puerta, dos ventanas angostas de arco ojival, adornadas con nervaduras delicadamente caladas. Tácitamente se vislumbran los tres cuerpos que definen las naves: la central y las dos naves laterales.

 

La torre de base cuadrangular en el centro de la fachada, coronada con la cruz, muestra en cada una de sus caras tres ventanillas con terminaciones ojivales. Ornamentada con cuatro torrecillas esbeltas en forma de agujas y dos pináculos en los extremos.

 

A cada lado de la puerta principal dos placas de mármol proclaman acontecimientos de personas e instituciones que marcan hitos en la historia del templo.

 

A la derecha se lee:

 

"En el año centenario de la muerte de Juan Bosco, Cartago agradece a los salesianos (STB) su fecunda labor en favor de la juventud".

 

Cartago, Agosto 1988.

 

En la de la izquierda:

 

"Homenaje al presbítero Luis Martínez Ortega y a Radio Rumbo de Cartago por los 25 años de transmisión continua del rosario.

 

Consejo Pastoral y feligreses de Parroquia de María Auxiliadora".

 

Cartago, 28 de agosto de 1992.

 

Las fachadas laterales, con sus cuarenta metros de longitud, nacen con la idea de ser elementos necesarios para la reconstrucción de una iglesia cristiana de concepción neogótica. De diseño sobrio, con la sencillez de los cartagineses que se abren paso a las nuevas concepciones de la ingeniería y de la arquitectura centroamericana de principios del siglo XX con sus propios materiales, sus artesanos y sus escasos recursos económicos.

 

Esas dos fachadas situadas al este y al oeste, especifican la simetría de los elementos. Presentan el zócalo y sobre él las armazones en madera que dan forma a la estructura de la cubierta. El forro es de lámina de hierro troquelada, material que generalmente era importado de Bélgica. En ambas, tres puertas altas de doble hoja, conducen al interior del templo; -ubicados de norte a sur- entre las dos primeras puertas se cuentan seis ventanales; entre la segunda y la tercera, tres ventanales.

 

El conjunto es de tracerías muy sencillas, terminadas en ojiva, con una decoración de nervaduras, enmarcadas en madera con moldura acanalada. Carece de vitrales, en su lugar las ventanas tienen un diseño de cruz en vidrio cristalino y a los lados en tono amarillo.

 

Del edificio original se conservan las ventanas de la sacristía, entre otros. En la ventana este, el interior y el arco ojival son también de vidriería, recubierta con papel de vitrales de la época, con motivos florales en tonalidades del rojo, del azul y del amarillo. Una remodelación del año 1996 rompe la simetría de las ventanas del lado oeste, con un diseño de cruz en el centro transparente para captar más luminosidad y al lado en contraste los vidrios recubiertos con el papel de vitral.

 

Los aleros colocados en las fachadas laterales, son una especie de contrafuertes que cubrían los antiguos pasillos del hospicio que llevaban a la capilla. Su armazón es de madera, techada con láminas de hierro galvanizado, apoyada en doce columnas toscas de una pieza de madera, implantadas sobre basas de granito. Los aleros dividen las ventanas laterales, el arco de ojiva emerge de esta estructura para dar iluminación al interior de la construcción.

 

En los últimos años, los pasillos de las fachadas laterales fueron cerrados con verjas y portones para la seguridad del templo que había quedado al descubierto por la demolición del hospicio. Asimismo se ampliaron con la construcción de las bodegas que presenta una puerta a cada lado.

 

La fachada posterior, fue construida en 1997, como una ampliación de la sacristía en una pequeña área y otra con funciones de bodega. Contrasta el material de bloques de concreto con armadura de hierro y el repello, con la construcción original. Presenta una puerta central y dos ventanas a los lados que tienden a seguir el diseño general.

 

La pintura de la construcción, expuesta a los rigores del tiempo y a la contaminación ambiental ha sido pintada innumerables veces, desde el rojo original, hasta la actual en aceite que es una combinación en tonalidades del verde, en armonía con el edificio de la Biblioteca Pública de Cartago, para mejorar la unidad del paisaje. En el interior son blancos los arcos, las paredes y las columnas incluyendo la base. Entre los proyectos de reparación del inmueble se contempla devolver al granito su belleza original, porque en algún momento fue recubierto con pintura.

 

En la iluminación se tuvo en cuenta no solo la belleza, sino la significación en términos trascendentes de la luz natural y de la luz artificial; gracias a ellas los espacios cobran vida, profundidad, color, forma, volúmenes y textura. Los espacios arquitectónicos están capturados por la luz natural, cargados de sentimientos. La luz artificial es luz estética atraída por lámparas de alógeno adosadas a las columnas.

 

El sonido, la capilla fue diseñada para que el sonido llegara en forma natural a toda la audiencia. El domingo 7 de marzo de 1965, el padre Martínez comunicó a la Asamblea Eclesial que "por la gran concurrencia de fieles especialmente los domingos y días festivos, se siente ya la necesidad de contar con un sistema de parlantes para que los fieles todos puedan seguir todas las ceremonias que se desarrollan en el altar y puedan oír la sagrada predicación que el sacerdote pronuncia desde la tribuna". Los parlantes se adquirieron gracias a la colaboración de los fieles. Posteriormente la afluencia del tránsito y las exigencias de las nuevas tecnologías han promovido la instalación del equipo de sonido que constantemente se ajusta y se renueva.

 

La construcción del Hospicio de Huérfanos de Cartago y de la capilla de María Auxiliadora escriben una de las primeras páginas de la ingeniería y de la arquitectura en Costa Rica en el siglo XX, hecha por arquitectos, ingenieros, directores salesianos y maestros de obras inspirados en conocimientos que iban adquiriendo en las diferentes ciudades, y movidos por la búsqueda de nuevas propuestas estéticas y urbanas en que se debatió la sociedad americana después de la independencia.

 

Fotografía tomada después del terremoto de 1910

 

Visita a la iglesia María Auxiliadora

 

En un área aproximada de 685 metros cuadrados se vive la sensación espacial dentro de la capilla, producida por las columnas que sostienen arcos, la ausencia de capillas laterales, el pavimento del presbiterio y de las naves y sus altares. Es un lugar que evoca los centros de fe y recogimiento que inspiraron a la cristiandad desde sus orígenes.

 

Entrando por la puerta principal y con la mampara abierta, impresionan las columnas y los arcos que dan una magnífica expresión visual de serenidad: En la nave central, dieciocho columnas dispuestas en pares sostienen los arcos y la estructura del cielo raso en tablilla de madera. Carece de las bóvedas del gótico. Cada una de las columnas está formada por cuatro astas, mitades de cilindros de madera adheridas a un fuste cuadrado interior, a modo de columna compuesta, con base y capitel. Cada una descansa sobre una base de granito de forma octogonal. Todo el conjunto ha sido pintado de blanco.

 

Treinta arcos ojivales torales con bellos calados en madera simulando follajes y puntillas de tréboles adornan las naves. En las naves laterales los arcos brotan de cada una de las columnas de la nave central y terminan en los muros. Los arcos de la nave central son más amplios.

 

En lo alto de la nave central los tragaluces arqueados, con vidriería en tonos cristal y paja se abren a la ventilación y a torrentes de luz natural, origen de la vida, que se filtra en rayos de matices suaves de trigo maduro... Una sensación envolvente de silencio, de elevación, de paz... subraya el ambiente.

 

En las naves laterales, el interior de las ventanas es tan sencillo como en el exterior, el marco en su parte inferior termina en un diseño de diamantes en madera. Sus vidrios traspasan efectos inesperados de luz.

 

El presbiterio está cubierto por una especie de bóveda sostenida por tres pares de columnas con sus arcos puntados, y en su centro un icono del Espíritu Santo, en alto relieve. El pintor español, don José Claro, decoró los espacios libres entre las ventanas y sobre las puertas que conducen a la sacristía con símbolos de la tradición eucarística y frases en latín, el 20 de noviembre de 1961 fueron desvelados en una ceremonia a la que asistió Monseñor Carlos Humberto Rodríguez Quirós, Arzobispo Metropolitano de San José, quién agradeció al Padre Martínez, a los comités y a los vecinos su colaboración. Estos símbolos en alguna ocasión desaparecieron bajo la pintura de las paredes.

 

El pavimento del presbiterio concuerda con las secciones de mármol de la gradería original del altar. En las naves el mosaico es de principios de siglo, de fabricación nacional; cada cuatro cuadros forman una cruz que se repite a través de la superficie cubierta, en colores ocre, negro, blanco y gris.

 

A un lado de la entrada principal está la escalinata de caracol, en madera que conduce a la torre central donde se encuentran el campanario y al coro, elementos importantes en la concepción del templo. El campanario, que en principio estaba sobre la sacristía fue trasladado a la torre central. Las campanas dos originales rajadas por las inclemencias del tiempo y dos que dio el padre Coto Picado, cura párroco del Carmen fueron refundidas en el Taller Carazo, en la Uruca. Se obtuvieron tres nuevas campanas: la mayor, María Auxiliadora; Trinidad, la mediana y la pequeña, Juanita. En honor respectivamente de la Patrona del templo, de la Santísima Trinidad y de Su Santidad Juan XXIII. Se tañen a cuerda con sonido muy agradable. Fueron bendecidas por monseñor Carlos Humberto Rodríguez Quirós, el viernes 29 de junio de 1962, festividad de los santos apóstoles san Pedro y san Pablo y día del Papa, a las 12 meridiano, celebrándose a continuación la Santa Misa. El coro, en la fachada principal, separado de la nave central por una balaustrada de tablilla recibe toda la policromía de la luz cenital del norte reflejada por el rosetón y las ventanas: luz del norte, indirecta, sin brillo... se esparce por el coro y la nave central descubriendo un espacio vital e inspirador.

 

Para visitar la sacristía se ingresa por el presbiterio o por las puertas laterales. Es un salón amplio y colmado de claridad, el visitante se siente atraído por la sensación de armonía, la luminosidad que se filtra por el antiguo ventanal del este, reviste la estancia de finos juegos de luces y sombras. Una escalinata, conduce al área ocupada otrora por el campanario. Tiene una puerta de acceso a la salida, desde donde pueden observarse la Biblioteca Pública y el monumento Memorial de la Independencia.

 

Mobiliario y esculturas

 

En la sacristía, destaca la imagen de Jesús yaciente, en una urna de cristal y madera tallada con motivos del barroco cubiertos con lámina de oro. Obra del escultor herediano don Domingo Ramos, de finales del siglo XIX. Donada por el P. Enrique Bolaños Quesada cura párroco de la parroquia del Carmen, en tiempo de la capellanía. Es el Cristo yaciente de las celebraciones del Viernes Santo y del Sábado Santo en la parroquia. La imagen tiene la particularidad de tener los brazos articulados y puede ser, también, la imagen del Cristo en la cruz.

 

En el presbiterio el visitante se siente sobrecogido ante la contemplación del artístico retablo, donde permanece la imagen de María Auxiliadora, de 1,80 m. de alto, labrada en madera, por escultores españoles. Es la imagen que acompaña la historia del templo desde 1904. El centenario altar en mármol de Carrara, destruido por el terremoto de Santa Mónica del 4 de mayo de 1910, y que el padre salesiano Clodoveo Castelli, con gran habilidad, tuvo la paciencia de reunir los fragmentos de mármol y perfectamente armonizados reconstruir con ellos, el altar que desde entonces contemplamos diariamente en los oficios litúrgicos. El padre Castelli en cuanto a artista, se esmeró en buscar soluciones para ofrecer al creyente el testimonio de la vida religiosa de principios del siglo XX en Cartago. Dentro del presbiterio, a la izquierda se ha hecho una estructura para la capilla de adoración del Santísimo.

 

En el centro del altar el Sagrario y sobre él el Crucifijo. Completan el conjunto dos altares con magníficos calados, también en mármol: uno para el Corazón de Jesús, la primera imagen, tal vez, que va a tener su altar en Costa Rica fue bendecida el 17 de junio de 1926 en el templo de María Auxiliadora, por celebrar la Iglesia en ese día la recientemente establecida fiesta del Corazón Eucarístico de Jesús. La gran devota del Corazón de Jesús, la señorita Carolina Dent, en una prueba más de su piedad regaló la artística imagen obra del escultor don Manuel Zúñiga, al padre Soldati quien nombró a la señorita Dent, madrina principal. El acto revistió, como en todas las celebraciones de los salesianos, gran solemnidad, pues se repitió la grandiosa misa que se había cantado para la fiesta de María Auxiliadora, el 24 de mayo pasado.

 

Posteriormente, en el otro altar fue bendecida la imagen de San Luis Gonzaga, escultura italiana. Don Bosco, no solamente fue devoto de San Luis Gonzaga sino que inculcaba esta devoción a todos los jóvenes que recibía bajo su magisterio y la dejó de herencia a sus hijos; entre ellos sobresalió Santo Domingo Savio, en su corta existencia.

 

Presidiendo todo, el altar para la celebración. Cuando las normas litúrgicas del Concilio Vaticano II (1962-1965) pidieron que el celebrante estuviera de cara al pueblo, se agregó un altar provisional. Luego se cambió por el altar de mármol que fue consagrado por monseñor Antonio Troyo Calderón, Obispo Auxiliar de San José, el 22

de mayo de 1988, Solemnidad de Pentecostés. En el ara del altar fueron depositadas las reliquias de los santos mártires Cloro y Clemencia.

 

Las reformas litúrgicas, han destinado lugares para concelebrantes y ministros litúrgicos. En la capilla, en una pequeña área se han integrado estos espacios, además el ambón, tribuna para la proclamación del Evangelio, que fue adquirido gracias a la colaboración de la mayordomía de Jesús Nazareno y de las señoras de la Acción Católica; la pila bautismal en mármol, agregada en 1988 cuando se erigió la Parroquia de María Auxiliadora y la credencia que incrementan la unidad de fe y celebración. El ambón sustituyó al antiguo púlpito en la sagrada predicación. El púlpito fue donado a la iglesia colonial de Quircot por el padre Luis Martínez. Este conjunto se encuentra en el presbiterio, a un peldaño de elevación sobre el pavimento de las naves y separado hoy, por secciones de barandilla de madera calada por los maestros y alumnos de ebanistería de los salesianos y reparada por don Max Ulloa. La barandilla se conservó entera a todo lo ancho del presbiterio hasta la puesta en vigencia de las normas del II Concilio sobre las disposiciones de recibir la Eucaristía en pie. En la última remodelación del presbiterio la barandilla fue suprimida y solamente quedan fragmentos entre las columnas laterales.

 

El confesionario recuerda la práctica de la confesión anterior al Concilio, hoy es parte del patrimonio. Fue restaurado por el señor Max Ulloa Royo.

 

Al salir del templo por la puerta principal, dos nichos cierran las naves laterales: a la derecha el Calvario, grupo de imágenes formado por Jesús crucificado, escultura italiana del periodo salesiano y restaurado por don José Calvo en el año 2002, la cruz actual es una donación de la familia de don Abel González Chavarría; la imagen de la Virgen de Dolores, donada por el P. Luis Martínez como homenaje a la memoria de su señora madre el 30 de octubre de 1961, fue bendecida el 2 de noviembre y forma parte del conjunto de imágenes del altar del Calvario. También de don Manuel Zúñiga, San Juan que completa el conjunto del altar del Calvario y la del Ángel de la Confortación, bellísima escultura, que acompaña a Jesús Nazareno en el Vía crucis del Lunes Santo. A la izquierda, las imágenes del Tránsito de Santa Teresa de Lisieux -escultura de origen francés-. Contiguo a ellos, dos altares en madera, labor de instructores y alumnos de la Escuelas Profesionales de Artes y Oficios Salesianas. En uno, la imagen de San Juan Bosco con dos jóvenes que representan el estudio y el trabajo y simbolizan las artes y los oficios. Es una imagen hecha en Italia importada por los salesianos. Casi todas las esculturas posteriores de Don Bosco, hechas en Costa Rica, han sido inspiradas en ella. En el otro altar Jesús Nazareno, obra del escultor don Francisco Ulloa Báez, bendecida el 20 de julio de 1960.

 

Aunque se ha suprimido la costumbre de persignarse con agua bendita al entrar y al

salir del templo, las piletas de mármol permanecen en su sitio cerca de las puertas laterales y de la entrada principal, que con el altar forman un conjunto: símbolo y conservación del patrimonio.

 

Las bancas distribuidas en cuatro filas: dos en la nave central y una en cada nave lateral, en número de setenta y cinco, proporcionan espacio para unas trescientas cincuenta personas cómodamente sentadas. Algunas bancas que estaban en la capilla, hechas por los instructores y alumnos de ebanistería del periodo salesiano, se hallan en el templo de la filial de Fátima. En el presbiterio se encuentran los sillones para los celebrantes y acólitos, y también los reclinatorios.

 

El coro fue un elemento importante como centro de la liturgia de los cantos cuyos intérpretes fueron los maestros de capilla. Todavía se conservan como patrimonio: el órgano que perteneció los salesianos y un órgano Yamaha, que con el fin de resaltar las funciones litúrgicas, está en uso.

 

En el templo, además de los maestros salesianos, se ha contado con insignes maestros de capilla: don Simeón Orozco, don Jorge Mata, don Luis Valle, don Claudio Soto, don Claudio Calderón Mora violinista y la señorita María de los Ángeles Calderón Arias quienes amenizaban frecuentemente las misas de los sábados; y en nuestros días, don Carlos Calderón Arias, quien ejerció sus funciones de maestro de capilla hasta el año 1995. Con las reformas litúrgicas, el coro y el órgano quedaron como elementos decorativos pero no con carácter excluyente. Hoy se armonizan las ceremonias de la celebración de los sacramentos que así lo solicitan y se concede a músicos que desean tocar alguna partitura.

 

Pinturas

 

Como telón de fondo, en el presbiterio, luce el mural: impresionante óleo que representa la Coronación de María Santísima como Reina de los cielos. Es la copia del famoso cuadro pintado por el insigne artista español Diego Velásquez (1599-1660), don José Claro, español también, ha logrado esa maravillosa copia, realizada sobre tela, ya en el Acta N° 102 de la Junta Edificadora y del Comité Femenino de la Iglesia de María Auxiliadora, celebrada el jueves 17 de agosto de 1961 informa el padre Luis Martínez, en el artículo VII que las telas para las pinturas están en el templo. El costo de la obra de ¢700 fue donación de don Antonio Monge, gran colaborador. El óleo fue desvelado el domingo 22 de octubre de 1961 y luego se celebró la misa de 12:00 m.d. Este domingo, día mundial de las Misiones Católicas, por primera vez fue celebrada la misa a esa hora y sigue celebrándose hasta el presente.

 

El vía crucis, traído de Italia por los salesianos es desde entonces expresión de la devoción popular en la capilla. Catorce cuadros pintados en óleo sobre lienzo interpretan la pasión de Jesús, bajo la composición de la corriente artística de principios del siglo XX, enmarcado en madera de pino siguiendo la línea del neogótico. Al pasar de los años el enmarcado, fue devastado por las termitas. Posteriormente fue sustituido por marcos de cartón grueso de color grisáceo con el dibujo de la talla original. A petición del padre Manuel Peña, en el año 2000, los marcos y las pinturas fueron restaurados por el señor pintor y escultor don Max Ulloa. El proyecto de reparación del Vía crucis consistió: Primero en la separación del cartón que cubría parte de las pinturas. Un nuevo diseño de marcos de madera en concordancia con el interior de la capilla. Los marcos fueron trazados de mayores dimensiones que los originales de manera que las pinturas lucieran la escena completa y tallados conservando los motivos expuestos en el cartón. Segundo en las reparaciones del lienzo perforado y en la recuperación del color.

 

En la Semana Santa de 2001 fue colocado en su sitio y los fieles pueden contemplar catorce estaciones en óleo, enmarcadas en madera de cedro en tono natural, con aplicaciones de talla resaltadas en oro inglés.

 

En el presbiterio y en la sacristía están expuestos los elementos de las celebraciones:

 

Metales

 

El sagrario, cálices, cupones, cucharita del agua, patenas, custodias; incensario, naveta, y cucharita del incienso; cruz alta, candeleros de plata antiguos, del periodo salesiano, fueron reparados por el orfebre don Francisco del Valle en Cartago de junio a julio de 1964; porta cirios y apaga cirios; acetres e hisopos.

 

Recipientes de cristal

 

Frascos crismales, recipientes para el aceite bendito y para el aceite consagrado; lavabos y vinajeras

 

Libros

 

Misales romanos en español, evangeliarios y leccionarios en español.

 

Los misales romanos, evangeliarios y leccionarios en latín se conservan como patrimonio.

 

Telas

 

Ornamentos sagrados: Del periodo de los salesianos en la sacristía existen casullas italianas, en colores blanco, rojo y verde de gran valor histórico por su antigüedad, bordadas en hilo de oro con motivos religiosos. De tiempo reciente: amitos, albas, cíngulos, casullas, dalmáticas, estolas, y paños humerales.

 

Mantelería diseñada y confeccionada en seda, algodón y lino en los colores de la liturgia: blanco, verde, rosado, rojo, morado y negro con bordados en hilo o pintados con motivos religiosos y encaje en los bordes. En juego con los manteles, los corporales, las palias, los purificadores y los manotergios.

 

A pesar del celo en la conservación del menaje litúrgico con los cambios y reformas al ritual fueron cayendo en desuso muchos objetos, libros en latín y ornamentos como el amito, el manubrio y el cubrecáliz.

El terreno del templo de María Auxiliadora

 

El Congreso Constitucional de la República, interesado en las obras de protección a la niñez, el 8 de agosto de 1902, aprobó el decreto de autorización a la Municipalidad de Cartago para la donación de la Plaza Llorente al Hospicio de Huérfanos de Cartago, que se conservó como una dependencia anexa del hospicio[1].

 

La municipalidad, también, donó la manzana donde se construía el hospicio a la Junta Administrativa del Hospicio de Huérfanos de Cartago por no poder atenderla, dadas las grandes responsabilidades que de ella demandaban las construcciones y las ayudas sociales. En esa manzana se construyó en lugar preferente el templo.

 

Gracias al apoyo económico de la municipalidad, del Congreso Constitucional de la República y de las donaciones, don Francisco Jiménez Oreamuno, sobrino de doña Dolores y miembro de la Junta Edificadora, continuó con la construcción hasta llevarla a término.

 

Posteriormente, el 23 de marzo de 1903 fueron inscritas en el Registro Público, las escrituras pendientes sobre las propiedades del hospicio. La institución, entonces adquiere respaldo legal y personería jurídica.

 

El esfuerzo municipal y la inversión de los legados, se reflejaron en el terreno de dos manzanas divido en dos secciones: en la manzana norte, el edificio del Hospicio de Huérfanos, una sección de la avenida 1ª, y la Plaza Llorente, en la manzana sur empleada como huerta del hospicio.

 

El 30 de setiembre de 1926, -dos años después de que el Concejo, hubiera denegado la petición que hiciera el presidente de la Junta Administrativa del Hospicio de Huérfanos, sobre la donación de la sección de la avenida 1a entre el edificio del hospicio y la huerta, para la realización del proyecto de ampliación del área de dormitorios y servicios-, el salesiano Domingo Soldati, director del Hospicio de Huérfanos, solicitó a la municipalidad, la donación de la sección de la avenida 1a, pues la consideraba en abandono por los vecinos. Tal petición fue aceptada por el presidente municipal. Esto llevó a la oposición y apelaciones de concejales y vecinos, pero se mantuvo en firme el acuerdo de cerrar la calle y se autorizó al padre Soldati a su cumplimiento[2]. Nuevamente surgieron reclamos sobre la apertura de la calle por parte de los vecinos, y fue abierta en 1929, aduciendo que era una vía de importancia para el tránsito en la proyectada división de cuadrantes hacia el sector oeste de la ciudad[3]. Varias veces fue cerrada y abierta por acuerdos y revisiones municipales.

 

Desde 1929 hasta 1988 la finca se dividió en dos áreas: una contaba con edificaciones, dedicadas a la organización y promoción de la enseñanza, con un templo. La otra dedicada a la práctica de deportes, con diversas canchas para ese fin.

 

La posesión en donde se encuentra el templo de María Auxiliadora fue propiedad de la Municipalidad de Cartago hasta 1902, de la Junta Administrativa del Hospicio de Huérfanos de Cartago hasta 1977. Hacia 1970, la comunidad del Colegio Vocacional de Artes y Oficios (COVAO) había manifestado la urgencia de construir un edificio que satisficiera las condiciones que exigía el progreso, ya que el antiguo edificio no respondía a los planes de la institución, en ese periodo, en esos terrenos e instalaciones. En junio de 1975 dio comienzo la construcción del nuevo edificio en los terrenos pertenecientes al legado del P. Alvarado, en la Pólvora, al noroeste de la ciudad. La Junta Administrativa, en ese mismo año, hizo gestiones para vender el terreno y la antigua edificación del hospicio. El espacio equivalente a dos manzanas, incluyendo tácitamente, la sección de la avenida primera.

 

En setiembre de 1976 la Asociación Deportiva Club Sport Cartaginés ofreció comprarlos al precio que fijó el avalúo hecho por Tributación Directa para la ubicación de las oficinas administrativas y sus proyectos de promoción deportiva. La escritura se firmó el 16 de setiembre de 1977 en acto solemne al que asistieron delegados del Ministerio de Educación Pública, del Club Deportivo Cartaginés, de la Junta Administrativa del Hospicio de Huérfanos y del Colegio Vocacional de Artes y Oficios, de la Asamblea Legislativa, del Ministerio de Hacienda y de la prensa[4].

 

Durante diez años el inmueble estuvo en poder del Club Deportivo Cartaginés. La fachada del edificio fue remodelada para que sirviera de galería a las estrellas del cartaginés a través de las diferentes épocas y así motivar a los jóvenes a la práctica del deporte. La capilla también perteneció a la Asociación Deportiva. En algunas ocasiones la directiva manifestó su voluntad de que el templo no ejerciera sus funciones como tal. No obstante el P. Luis Martínez, mediante el diálogo, logró mantenerlo para el servicio de la comunidad de El Molino.

 

Posteriormente, en el seno de la Municipalidad de Cartago, surgieron dos proyectos: la creación de una plaza de la cultura, en homenaje a don Ricardo Jiménez Oreamuno y el de la construcción de la Plaza de la Independencia, ambos con su propio presupuesto. Se unieron las dos propuestas y sus recursos. Se dispuso, entonces, el establecimiento del proyecto en las propiedades que ocupaba la sede del Club Deportivo Cartaginés.

 

En la sesión del Concejo del 24 de noviembre de 1987, en el artículo único del acta N° 237, la presidencia informó que se llevaría a cabo la firma de la escritura de traspaso de la propiedad perteneciente a la Asociación Deportiva Club Deportivo Cartaginés, en El Molino, a favor de la Municipalidad del Cantón Central de Cartago, para ejecutar en ese bien inmueble el proyecto de la Plaza de la Independencia de Cartago. Mediante un aporte de ¢20.000.000 (veinte millones de colones)[5].

 

En la creación de la Plaza de la Independencia de Cartago, el Lic. Carlos Francisco Echeverría, Ministro de Cultura, Juventud y Deportes, especificó que ese Ministerio había presentado el proyecto, esbozado sus planos y diseños y que los había impulsado para que fueran una realidad en la actual administración y que la Plaza de la Independencia fuera inaugurada en el mes de setiembre de 1989. El proyecto incluía el nuevo edificio de la Biblioteca Pública de Cartago, "Mario Sancho Jiménez" y la construcción del Centro Cívico de Cartago.

 

Ante la certeza de que la ejecución de este proyecto vislumbraba el derribamiento de las edificaciones existentes, los vecinos gestionaron la conservación del templo de María Auxiliadora. La municipalidad accedió y comunicó que se restauraría bajo la guía del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. En este periodo se procedió al acto legal de conservación del templo, en la ciudad de Cartago.

 

El 1° de marzo de 1988 se empezaron las labores de demolición del viejo edificio en donde estuvo el Hospicio de Huérfanos de Cartago y en el mes siguiente se iniciaron los trabajos de la Plaza de la Independencia, según el diseño del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes.

 

Para proseguir con el proyecto, el Concejo, acordó en mayo de 1988 el cierre de la sección de la avenida 1a, entre calles 11 y 13 de la ciudad, en conformidad con los planos. En el sector sur se construyó el edificio de la Biblioteca Pública de Cartago: "Mario Sancho Jiménez" y en el oeste el monumento "Memorial de la Independencia".

 

La escritura de traspaso de la propiedad de la Asociación Deportiva del Club Deportivo Cartaginés a la Municipalidad del Cantón Central de Cartago fue otorgada en el protocolo de la Licda. Rosa Emilia Villanueva Monge, el 14 de setiembre de 1988. Testimonio inscrito en el Registro Público, Folio Real 113946-000, el 12 de noviembre de 1992.

 

El templo de María Auxiliadora, quedó involucrado con el conjunto cívico-cultural, propiedad de la Municipalidad de Cartago.

 

Por acuerdos municipales, el 23 de agosto de 1996, el terreno en donde se levanta el templo de María Auxiliadora fue cedido a las temporalidades de la Arquidiócesis de San José. Corresponde a 1.459,80 metros cuadrados, que comprenden la capilla María Auxiliadora y un área de patio, lindante al norte con la avenida segunda y al sur, este y oeste con propiedades de la municipalidad. Esa donación se hizo por la suma simbólica de un colón.

 

Epilogo

 

El templo dedicado a María Auxiliadora cumplió 100 años, el 6 de enero de 2004. El paso de los años y las inclemencias del tiempo han dejado la huella del deterioro en la edificación, pese a las múltiples acciones de reparación y pintura que se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de la diputación cartaginesa en ocasiones, de la Municipalidad de Cartago, de la Iglesia y comunidad de María Auxiliadora.

 

El compromiso de restauración de la edificación, adquirido por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes de 1989, no se cumplió en su totalidad.

 

Es necesario que a los exteriores se les dé una ambientación para que vuelva a tener la unidad original. El arquitecto don Rolando Ferreto propuso, en alguna oportunidad, hacer unos largos corredores con glorietas para que la iglesia quedara protegida en una estética apropiada. Entonces la plaza tiene sentido, el paso de la plaza a la iglesia que es tan violento quedaría integrado por una estructura que el paisaje está pidiendo urgentemente.

 

Mediante decreto de la Presidencia de la República el 27 de noviembre de 1998 fue declarado e incorporado al Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica. Decreto publicado en la Gaceta el 9 de febrero de 1999.

 

Prohibida la reproducción total o parcial de esta reseña histórico. Propiedad intelectual de Carmen Elena Rojas

 

Fotografías Actuales

 

 

 

 

REFERENCIA

 

Para una completa ilustración refiérase al álbum fotográfico impreso en el juego de planos y a la carpeta "IMÁGENES" en el DVD adjunto donde se aportan 688 fotografías digitales actuales de la edificación.

 

 

 

Planos Aportados

 

 

REFERENCIA

 

Refiérase al juego de planos impresos adjuntos que forman parte integral del presente documento, además de su archivo digital en formato DWG (AutoCad) incluido en el DVD.

 

Propuesta de Restauración

 

Después de realizar una inspección ocular no destructiva de la capilla por un equipo de profesionales se llegó a la siguiente conclusión sobre el estado y el costo de su rescate.

 

La siguiente valoración tiene por objetivo identificar aquellos aspectos técnicos que se deben intervenir para lograr una restauración y preservación integral de dicho templo, apegado a los más estrictos testimonios arquitectónicos del pasado, valores históricos, estéticos y otros.

 

Resulta evidente en un simple recorrido la mezcla de elementos exteriores e interiores ajenos al estilo original del templo, donde se advierte la falta de orientación técnica profesional a través de muchos años, además de un deterioro progresivo que debe detenerse en aras de preservar este inmueble y asegurar el legado que este nos brinda.

 

Aspectos que se deben desglosar de forma más profunda

 

1. Estilo arquitectónico

2. Sistema constructivo

3. Ornamentación interna y externa

4. Color

5. Forma

6. Material

 

Dentro de lo observado es necesario mencionar las siguientes mezclas materiales y formales que no corresponden al estilo ni al momento histórico de referencia según documentos existentes que dan fe en el tiempo.

 

Elementos extraños, en mal estado y ajenos

 

a. mezcla de forros metálicos lisos y labrados

b. colores varios a través del tiempo

c. elementos ornamentales de las torres quebrados

d. canoas de metal sin moldura y de P.V.C.

e. ventanas superiores de aluminio sobrepuestas a la original

f. ventanas inferiores originales modificadas con celosías

g. elementos ornamentales internos en arcos ojivales quebrados

h. columnas principales cortadas en secciones

i. ampliación posterior en bloques de concreto

j. marcos de RT en sacristía para sentar entrepiso no original

k. pintura sobre lienzo desprendida y sostenida por reglas

l. pedestales no originales en la sede

m. ventanas con vitrales en mal estado

n. pasillos laterales a la nave principal sin claridad de originalidad

 

Aspectos de seguridad importantes de señalar son

 

Las salidas laterales tienen el inconveniente de no tener salida libre y directa a espacios abiertos pues estos están cerrados, conduciendo las salidas laterales delanteras hacia el pasillo mismo que está cerrado desembocando al frente con agravante de formar un embudo en la salida.

 

La estructura principal requiere un análisis para conocer su orden constructivo y prever su comportamiento futuro, pues muestra deterioro en algunos elementos de la torre y las torretas principales que requieren ser intervenidos para salvaguardar la seguridad integral.

 

La instalación eléctrica obviamente requiere una intervención urgente y así mismo un sistema de alumbrado interior y exterior de acuerdo al estilo arquitectónico.

 

Es imperativo colocar un sistema de alumbrado interno provisional mientras se definen los trabajos que por orden lógico-constructivo precedan a dicha actividad y así proteger el inmueble, dado el mal estado encontrado.

 

Finalmente este templo evidencia que no ha sido intervenido en forma profesional, por el contrario se le han hecho remiendos, alteraciones y ampliaciones que no responden al orden original por lo que es necesario definir el rumbo de su preservación acudiendo a los registros históricos y testimonios más fieles de la provincia.

 

Diagnóstico

 

El deterioro de esta parte del templo comienza por la cantidad de agujeros que permiten el ingreso de palomas al interno del campanario y hacen de este su casa; es evidente la suciedad por las excretas de estas aves, plumas, nidos así como telarañas y otros insectos que viven allí.

 

Por otra parte la cantidad de madera que esta podrida por el agua que entra al estar destruida la lata o forros exteriores y por los insectos que han destruido un porcentaje de un 40%.

 

En relación con la evaluación cualitativa estructural realizada al inmueble se considera lo siguiente:

 

1. La estructura principal del edificio está compuesto por elementos de madera, que a su vez sirven de emplantillado para los forros internos y externos

 

2. Básicamente el sistema principal está compuesto por marcos de 4 columnas y elementos en flexo compresión formando curvas siendo la mayor en el centro de la nave principal.

 

3. Los pasillos externos están soportados por columnas de madera y vigas longitudinales que no tienen ligamen con la estructura principal.

 

4. La edad del edificio es cerca de los 100 años. Es de esperar que la vida útil de algunos o la mayoría de elementos principales ya se encuentre comprometida dado que probablemente, aunque las maderas utilizadas son de larga duración, no fueron tratadas en su momento con productos químicos que combatieran el ataque de insectos.

 

5. Es notorio el deterioro en algunos elementos expuestos llegando a casos extremos en la torre principal en la que se denota el colapso de algunos de ellos.

 

6. En este lugar en específico ya se notan desplazamientos importantes que evidencian falla de elementos principales.

 

7. En relación con la estructura principal de soporte de cubierta, se evidencia un deterioro importante que ameritará la sustitución de varios elementos para evitar un colapso generalizado.

 

8. La característica de pesos relativamente bajos de los materiales constituyentes hace que las fuerzas inducidas por sismo sean bajas en caso de la ocurrencia de eventos sísmicos. Esta es la razón por la cual no se evidencian daños o fallamientos exclusivamente atribuibles a la ocurrencia de sismos, sino más bien por el vencimiento de la vida útil de ciertos elementos.

 

9. Por otro lado, conceptualmente hablando se requerirá mejorar la unidad estructural, procurando amarres de elementos que actualmente se encuentran desligados de la estructura principal. Igualmente se deberá diseñar un sistema de arriostramiento de elementos encargados de dar más capacidad de corte a la estructura principal.

 

10. Independiente de lo comentado en el punto anterior, se deberá realizar un levantamiento exhaustivo de elementos a fin de evaluar su estado y capacidad actual, sustituyendo los que por sus características, ya no aporten resistencia al sistema.

 

Procedimiento sugerido de restauro

 

Al ver el tipo construcción en este patrimonio lo primero que se nota es su valor por el estilo constructivo, ya que son muy escasas las edificaciones en madera que se conservan en el país, esto sugiere una intervención que conserve en su totalidad la integridad de diseño y forma.

 

a. El primer paso es descubrir la madera comenzando de la parte más alta quitando el recubrimiento de lata. Esto facilitará el cambio y limpieza y así observar toda la superficie a lo interno.

 

b. Una vez descubierta la zona a reparar se limpia la zona expuesta de polvo y suciedad de aves e insectos.

 

c. Se cambian las piezas comidas y destruidas por la humedad siguiendo su forma, corte y tamaño, que el tipo de madera destruido. Este cambio en ninguna manera debe alterar la forma y el diseño de la torre.

 

d. Se protegerá la madera nueva y vieja con venenos y químicos que alarguen su vida útil.

 

e. Cubrir la estructura con lata y cerrar los agujeros, evitando filtraciones e ingreso de animales.

 

f. Acordar un mantenimiento periódico de limpieza y cuido de esta área para que se mantenga el restauro anterior y se evite el deterioro.

 

Para una mejor y más amplia información, se adjuntan los criterios de restauración aportados por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural en el documento CPC-1888-2009 del 10 de junio de 2009.

 

Se recomienda como medida permanente realizar una intervención con el fin de restaurar el inmueble.

 

Después de analizar los daños que presenta el templo se recomienda realizar trabajos de mantenimiento y conservación al inmueble que se detallan a continuación.

 

En las torres se recomienda hacer un estudio en las piezas de madera que conforman la estructura para determinar cuáles de estas están dañadas y cuáles deben ser sustituidas por otras nuevas, para así restituir el plomo de la torre. En cuanto a los ornamentos que coronan las torres, se recomienda la reposición de las mismas tomando como molde las existentes.

 

Para las fachadas laterales se sugiere que en los lucernarios se sustituya la ventanería con marcos de aluminio anodizado color bronce por marcos de madera ya que los marcos de aluminio riñen con los materiales existentes y el sentido de originalidad con que fue planeado el edificio.

 

En las láminas metálicas de forro de las paredes, se propone limpiarlas con agua y cepillo de fibras naturales suaves (no metal), para no dañar el material, se permite el uso de desengrasantes siempre y cuando no contengan químicos abrasivos. Posteriormente, sustituir las láminas que se encuentran con daños irreparables, por láminas con las mismas características de las existentes, en caso de no conseguir en el mercado las láminas troqueladas, se siguiere sacar una muestra existente en el sitio como molde y fabricarla en fibra de vidrio. Aplicar dos manos de anticorrosivo y por último aplicar dos manos de pintura.

 

En cuanto a los bajantes de agua fluvial se recomienda que todos tengan la misma forma y el mismo material, para lo que se propone el hierro galvanizado. Para las instalaciones eléctricas se sugiere que estas viajen por dentro del cielo raso.

 

Para la fachada principal se recomienda que los buques de las ventanas sean restaurados con el mismo material que fueron construidos, que en este caso es concreto. La limpieza de la puerta metálica, la aplicación de dos manos de anticorrosivo y como acabado final, la aplicación de dos manos de pintura.

 

En los corredores laterales se recomiendan los siguientes trabajos:

 

Para las columnas se sugiere sustituir las piezas que presentan daños, verificando también que las bases de las columnas se encuentren en buen estado. Las columnas deben de ser de una sola pieza de madera y cumplir con las características de diseño y dimensión de las existentes.

 

De igual forma se aconseja reemplazar la viga solera respetando el material y dimensiones existentes, esto debido a que las deformaciones que presenta atentan con la integridad del inmueble.

 

Para todos los trabajos en madera se aconseja la utilización de almendro o en su defecto madera de níspero chicle, ya que estas dos poseen características similares. Todas las piezas de madera deben de estar totalmente secas, con porcentaje de duración de 80%, sin pandeos, sin nudos ni reventaduras y tratadas contra insectos y hongos.

 

En cuanto a los pisos de concreto se propone picarlo para luego aplicar una capa de concreto, dando el acabado y diseño existente, aplicando sellador para hacerlo más durable.

 

En el caso de las ventanas lo recomendable es retirar el plástico difusor y colocar vidrio laminado o en su defecto temperado, y de color en los vitarles de la fachada principal, ya que estos tipos de vidrio son más resistentes. Para las ventanas de las fachadas laterales, se sugiera retirar las rejas que se les colocaron, del mismo modo, retirar las celosías que se encuentran en la parte inferior de las ventanas, para sustituir los marcos y divisiones de madera con que fue planeado el inmueble. Los marcos de las ventanas y guarniciones dañados por la exposición a las inclemencias del tiempo, se sugiere que sean reemplazados por otros nuevos; estos deben ser tratados contra el ataque de insectos y hongos.

 

Para la puerta principal, incluyendo el marco, la recomendación es resanarla y protegerla contra el ataque de xilófagos y la humedad, posteriormente aplicarle dos manos de poliuretano transparente para resaltar la naturaleza del material. La guarnición es recomendable sustituir las piezas que presentan daños irreparables y restituir las piezas faltantes de acuerdo a las muestras existentes. En las puertas laterales e internas, las cuales presentan daños menores, se recomienda desmontarlas, resanarlas y tratarlas contra los insectos y hongos.

 

En cuanto al techo, se sugiere levantar las láminas de hierro galvanizado para determinar cuáles son las piezas que se encuentran en mal estado. Para la ejecución de estos trabajos, se recomienda reemplazar las piezas de madera de las cerchas que se encuentran dañadas, a causa de los insectos, o bien por la exposición al agua. Igualmente se recomienda reforzar el resto de las cerchas, previo estudio. También se deben de sustituir las piezas de clavadores que se encuentran en mal estado. Las láminas y demás elementos de hojalatería que presenten formación de óxido deben de ser sustituidas por otras nuevas del mismo calibre y características.

 

En lo que se refiere a las columnas del interior del templo, se sugiere que las piezas que han sido cortadas sean sustituidas por otras nuevas con las mismas características y del mismo material que el existente y siguiendo las especificaciones antes mencionadas para los trabajos en madera.

 

En el área del balcón, específicamente en la baranda lo recomendable es desmontar la instalación eléctrica, sustituir las piezas de tablilla machihembrada de cordón central que se encuentra dañas, aprovechar estos trabajos y pasar la instalación eléctrica dentro de la baranda, sin dañar las demás piezas que la conforman. En cuanto al paso manos se sugiera que sea sustituido, colocando en su lugar piezas de madera nuevas, previamente tratadas contra hongos y los insectos.

 

Se recomienda retirar la alfombra de hule antideslizante que se encuentra en esta área, en su lugar se debe dejar el piso existente, que en caso de estar deteriorado, debe ser restaurado o sustituido.

 

Se sugiere limpiar todos todas las paredes del inmueble, utilizando agua y cepillo de fibras naturales (nunca de metal), además de sustituir las piezas dañadas por otras con las mismas características y diseño. De igual forma se hace la misma recomendación para cielos y cornisas en general del templo.

 

Para los arcos ojivales de las naves de la iglesia se recomienda sustituir las piezas que se encuentran en mal estado con daños irreparables, de otro modo se deberá reforzar la fijación de las piezas que se encuentren flojas o desprendidas. Igualmente se deberá hacer con los calados ornamentales.

 

En el caso de la bodega que se encuentra sobre la Sacristía, se sugiere como trabajos a realizar: la revisión de los repellos de las paredes para determinar cuáles se encuentran flojos y sustituirlos. La restitución de los repellos debe hacerse con mortero a base de cal y arena, de acuerdo a las técnicas utilizadas en la arquitectura de barro. En los pisos se recomienda cambiar todas las piezas que presenten daños, tales como reventaduras, piezas podridas o quebradas, por piezas nuevas de las mismas dimensiones y características que las existentes.

 

Asimismo se recomienda la sustitución de las piezas en mal estado de la estructura de techo en esta área y reforzar el resto de las cerchas, previo estudio. Todas las piezas de madera deben estar totalmente secas, con porcentaje de duramen de 80%, rectas sin pandeos, sin nudos, ni reventaduras y tratadas contra insectos y hongos.

 

 

Anexos

 

Ø   Juego de Planos Arquitectónicos impresos de levantamiento y diagnostico actualizados.

Ø   Presupuesto estimado y su respectivo desglose.

Ø   DVD con toda la información en formato digital.

Ø   Autorización del propietario.

Ø   Certificación de Personería jurídica de la Asociación Pro Restauración y proyectos de la parroquia de María Auxiliadora de Cartago

Ø   Documento de pliego de firmas de apoyo a este proyecto por parte de la comunidad cartaginesa.

 

Contactos

Grupo proponente

 

Arq. Carlos Araya Aguilar.  Céd 3- 241- 702

El Bosque, San Rafael de Oreamuno, 250 mts al este del Super Yodi.

Tel: 2553- 6347 /8382- 4981

 

Pbro. Adrián Gómez Barquero  Céd: 1- 635- 603

Cartago, calle 13 y 15, Av. 2° Tel: 2551- 3468 // 2551-9078

 

MBA. Cristian Rojas Marín Céd 3- 342- 505

San Rafael de Oreamuno 300 mts al norte y 600 este de la Bomba de los Ángeles. Tel: 2551- 6431 /8874-7560

 

Randall Moya Gutiérrez Céd 3- 291- 609

 

Miguel Alberto Ramírez Ramírez Céd 3- 209- 387

 

Lluis Rene Arrieta Araya Céd 3- 273- 371

 

Manuel Álvarez Fuentes Céd 1- 496- 205

 

Juan Manuel Mata Acuña Céd 9- 050- 276

 

Ricardo Inces Quirós Céd 3- 182- 648

 

Rodrigo Navarro Peralta Céd 3- 169- 464

 

Contenido del DVD

Información digital

 

Ø   Juego de Planos en formato DWG (AutoCad). Para visualizarlos en una forma adecuada debe de descomprimirse el archivo "MARIA AUXILIADORA - Standard.ZIP".

 

Ø   Fotografías digitales de la edificación debidamente clasificadas en la carpeta "IMÁGENES".

 

Ø   Copia digital del presente documento en archivo PROPUESTA MARIA AUXILIADORA.

 

 



[1]- Archivo Nacional de Costa Rica. Serie Congreso. N° 2579.

[2]- Acta N° 37 del Concejo Central de Cartago, art. II, folio 331, 7 de octubre, 1926. Tomo 50.

[3]- Acta N° 32 del Concejo Central de Cartago, art. 18, folios 307-308, 1° de julio, 1929.

[4]- Cf. Mayorga M, María Eugenia, Historia de una visión, Imprenta Nacional, San José, Agosto 2002, p.229.

[5]- Acta N° 237 del Concejo Central de Cartago, artículo único, folios 371-373, 24 de noviembre, 1987.